El alero se recupera de su grave lesión de LCA
Borja, corazón de león
Han pasado tres meses, pero lo que más recuerdan los jugadores anresistas de la pasada final de los Juegos de Primavera fue la lamentable lesión de uno de los estandartes del equipo. Borja fue a un rebote largo -tanto que iba a saque de lateral- y, tras saltar, sintió un chasquido en la rodilla. Dolor, cambio, hinchazón y, tras una revisión médica, un diagnóstico terrible: rotura completa del ligamento cruzado anterior, rotura del menisco interno y externo, mientras que el ligamento lateral también se había quedado bastante tocado.
El ala anresista, ya a toro pasado, no tiene palabras para agradecer el excelente servicio médico del Instituto Municipal de Deportes (IMD). Se apuntó su lesión en el acta y no tuvo que sufrir las interminables listas de espera de la Sanidad pública. El servicio médico del IMD actuó con diligencia -sólo pasaron tres semanas entre el primer dia de consulta y la operación-, y se hizo cargo económicamente de todo, al ser un lance dentro de la competición. Y no es calderilla, porque una operación de esas características puede rondar los 5.000 euros por lo pronto.
Borja tampoco se olvida de una persona, el doctor Pedro Bernáldez, que "es un crack como cirujano y como persona" y al que responsabiliza en buena medida de que un periodo de recuperación de un año se vea reducido prácticamente a la mitad de tiempo. "Pensé antes de operarme que me iba a tirar todo el verano en muletas y en 11 días ya he empezado a andar", comenta el número 9 del Anres en julio. Ahora lleva un mes machacándose en el gimnasio para su vuelta a la vida normal. De hecho, le aseguran que va a ritmo de profesional de alta competición y que en nada podrá volver a las canchas. Pero él prefiere no oir esos cantos de sirena. El baloncesto puede esperar y su dorsal, mientras tanto, está bien custodiado para que sólo lo luzca Borja Peña.
Han pasado tres meses, pero lo que más recuerdan los jugadores anresistas de la pasada final de los Juegos de Primavera fue la lamentable lesión de uno de los estandartes del equipo. Borja fue a un rebote largo -tanto que iba a saque de lateral- y, tras saltar, sintió un chasquido en la rodilla. Dolor, cambio, hinchazón y, tras una revisión médica, un diagnóstico terrible: rotura completa del ligamento cruzado anterior, rotura del menisco interno y externo, mientras que el ligamento lateral también se había quedado bastante tocado.
El ala anresista, ya a toro pasado, no tiene palabras para agradecer el excelente servicio médico del Instituto Municipal de Deportes (IMD). Se apuntó su lesión en el acta y no tuvo que sufrir las interminables listas de espera de la Sanidad pública. El servicio médico del IMD actuó con diligencia -sólo pasaron tres semanas entre el primer dia de consulta y la operación-, y se hizo cargo económicamente de todo, al ser un lance dentro de la competición. Y no es calderilla, porque una operación de esas características puede rondar los 5.000 euros por lo pronto.
Borja tampoco se olvida de una persona, el doctor Pedro Bernáldez, que "es un crack como cirujano y como persona" y al que responsabiliza en buena medida de que un periodo de recuperación de un año se vea reducido prácticamente a la mitad de tiempo. "Pensé antes de operarme que me iba a tirar todo el verano en muletas y en 11 días ya he empezado a andar", comenta el número 9 del Anres en julio. Ahora lleva un mes machacándose en el gimnasio para su vuelta a la vida normal. De hecho, le aseguran que va a ritmo de profesional de alta competición y que en nada podrá volver a las canchas. Pero él prefiere no oir esos cantos de sirena. El baloncesto puede esperar y su dorsal, mientras tanto, está bien custodiado para que sólo lo luzca Borja Peña.
* Noticia cogida de la página del C.B. Anres.