Hace unos días ya, en el partido cadete Sideral-Servet A de la Copa de Otoño, se produjo una situación que merece la pena comentar, aunque sea con un poco de retraso.
A veces nos topamos con árbitros tan rematadamente profesionales y que se han estudiado tan al dedillo el reglamento, que lo quieren aplicar a raja tabla, no sé si para demostrar lo buenos árbitros que son, olvidándose de que están tratando con personas o niños, y no con trozos de carne.
El caso es que un cadete de Sideral se lesionó en la segunda mitad del partido, una lesión aparentemente importante, y el padre de este jugador, allí presente, entró a la pista para atender a su hijo, cosa que el árbitro decidió sancionar con falta técnica por invasión del terreno de juego de un espectador.
Creo que personas como esta se califican por sí solas. Nos agrada que los árbitros sean meticulosos y se fijen en todos los detalles, para darle a esto la mayor seriedad posible, pero a veces ese afán perfeccionista llevado sin un poquito de sentido común, da lugar a situaciones lamentables como esta.
Estoy convencido de que ni en las ligas más profesionales del mundo, se darían situaciones de este tipo. Esperemos no tener que cruzarnos más con personajes así.
Borja