sábado, 27 de octubre de 2018

GENERACIÓN 97/99




Muchos son los jugadores y jugadoras que han pasado por el club en sus catorce años de existencia. A todos se les coge un gran cariño, los entrenadores no estamos hechos de piedra, y tenemos la suerte de recibir chavales de una gran calidad humana, al menos en su mayoría.

Pero perder de vista en nuestra cancha a los chicos que has entrenado durante los últimos 7-8 años te hace sentir que esta temporada se hará un poco rara. No quiero pasar por alto este hecho y mostrar mi agradecimiento personal hacia estos dos grupos de chicos/as.

Fueron los primeros que entrené aquí, los que pagaron mis primeros errores de entrenador novato, pero que me ayudaron a aprender lo poco que sé. Los cogí con 12 años, poco más o menos la edad a la que empecé a practicar este deporte. Me ví reflejado en ellos, la misma ilusión por el baloncesto que tuve en su día.

Pero más gratificante ha sido poder verlos crecer como jugadores y como personas, formando un grupo que al poco tiempo ya no era un equipo, era una familia de amigos, lazos de amistad tan fuertes que ni siquiera había visto cosa parecida en mis círculos de amigos del colegio, instituto o universidad. El basket los unió a todos, alguno/a incluso llegó a hacer algo más que amistades jeje.

Han representado a la perfección los valores con los que este club nacía, de deportividad y compañerismo, pero lo han llevado un punto más allá. Algunos otros se incorporaron más tarde, y desde el primer día se sintieron como en casa por el trato que recibieron de los compañeros. Me siento tranquilo de haber cumplido el objetivo de que se engancharan a este deporte, se divirtieran incluso en la derrota, e hicieran amistades para toda la vida. Como os dije un día, los títulos se olvidan, las amistades son para siempre.

Creasteis un buen ambiente tal, que algunos que luego probaron otros equipos, echaron de menos esto. Me sorprendió en muchos de vosotros el nivel de madurez inapropiado para la edad, y una capacidad de trabajo dentro y fuera de la pista que os lleva hoy a meteros en importantes fregaos que seguro os llevarán a ser grandes profesionales de los estudios que cada cual ha elegido. 

En ningún momento me preocupó que vistieran una u otra camiseta si seguían manteniendo la ilusión por el basket y las amistades. Aunque echamos de menos a todos y cada uno de los chicos/as que ya no están, no podía permitirme el lujo de dejar escapar estas palabras de agradecimiento hacia un grupo sin el cual este club no hubiera sido el mismo, y del que su entrenador se siente muy orgulloso.

Esto va dedicado a los chicos del 97 y 99 (y algunos posteriores de los que no me olvido, pero que seguro volveré a ver pronto si contamos con seniors en un futuro). Cinco temporadas compartí con los del 97, y siete años ininterrumpidos con los del 98-99. He aprendido mucho de vosotros, y me he divertido aún más. Gracias!

Borja.